En épocas de pandemia, muchos particulares han optado por reconvertirse y buscar otras formas de generar ingresos. En el caso de las empresas, un gran número de ellas no les ha dejado otra opción a sus empleados que amoldarse a un esquema de teletrabajo. Sin embargo, el equipamiento para trabajar desde casa está lejos de ser el ideal en muchos casos. Es el deseo de muchas personas montarse su oficina en casa con todas las comodidades, pero la realidad es que desembolsar tanto dinero en épocas de tanta incertidumbre económica no es algo que la mayoría se pueda permitir, menos en países del llamado tercer mundo.
Cuando hablamos del equipamiento necesario para poder trabajar desde casa, en general se prioriza invertir en un buen ordenador o actualizar el que ya se tiene antes que invertir en costosas licencias de software. Sabemos que aplicaciones como la suite de Microsoft Office tienen un coste elevado que no todos pueden permitirse. Por mencionar un ejemplo, el Office 2019 Professional está listado en el sitio de Microsoft con un precio de 439.99. Es un monto algo elevado para los que parten desde una situación de desventaja y todavía estan viendo como organizarse, y en parte por este motivo es que son tan populares las licencias económicas de segunda mano.
El mercado de licencias de segunda mano
Si bien hay cada vez mas sitios que ofrecen licencias que ellos catalogan como de «segunda mano» o compradas directamente a fabricantes de ordenadores, la realidad es que en los papeles no suele estar permitida su venta a consumidores finales. Podemos mencionar a LaTiendaDeLasLicencias como uno de los más conocidos en el rubro.
Si bien estas licencias cumplen su propósito al menos en el corto plazo, la realidad es que están orientadas a diferentes de canales de venta. Los precios son tan económicos porque hablamos de licencias ofrecidas a empresas que instalan estos códigos en muchos equipos y consiguen descuentos importantes. Cuando nos referimos a este tipo de licencias estamos hablando del mercado OEM, que en inglés significa «Original Equipment Manufacturer».
Tambien es común que se ofrezcan claves que estan orientadas a la activación por volúmen, esto significa que un mismo código puede activar cientos de equipos. Al ser tan económico el coste por activación, el mismo código se revende a muchos usuarios. Esto es más común que suceda en páginas como eBay donde no hay demasiado control en este aspecto y se genera sobreventa.
¿Hay algun riesgo en utilizar estas claves?
Bueno, aunque muchos vendedores ofrezcan reemplazos o devuelvan el dinero a los clientes cuando Microsoft los pilla y las licencias son desactivadas, no es algo que se de en todos los casos. Y aunque no signifique mucho perder a lo sumo 20 dólares, si tenemos la posibilidad de activar sin coste alguno y de manera segura los software de Microsoft carece de sentido pagar por una licencia de segunda mano.
Uso de software de activación ilegales
Otra situación recurrente es el uso de activadores ilegales para activar productos de Microsoft. Los más conocidos en el ambiente son KMSPico y Microsoft Toolkit. Dos herramientas que aunque no necesariamente son maliciosas para el ordenador cuando se ejecutan, recordemos que son ilegales. Y esto último es su mayor debilidad, ya que al ser programas de pirateria generamente son compartidos en foros y páginas de dudosa reputación, sin contar con un sitio oficial donde se pueda descargarlos de manera segura.
En un principio se comparten estos programas sin aparentes intenciones de lucro, pudiendo introducir malware en ellos y consiguiendo comprometer la seguridad de los usuarios con la finalidad de obtener dinero mediante extorsiones. Es una técnica conocida como ransomware.
La alternativa de LibreOffice
Más de uno recordará el nombre de OpenOffice. Bueno LibreOffice es una bifurcación del mismo que surgió en 2010, como un software de oficina de código abierto disponible para varios sistemas operativos entre ellos Windows, Linux y OSX.
Las aplicaciones de LibreOffice son potentes y sencillas de usar, pero el principal inconveniente sigue siendo el tema de la compatibilidad con formatos de archivo. Sabemos que la mayoría distribuye sus documentos en formatos propietarios de Microsoft, y esto es la principal baza en la que Microsoft se sostiene para mantener su monopolio en lo relacionado con suites de ofimática. Como los formatos de Microsoft son de código cerrado y propietarios, la oscuridad en torno a como funcionan es casi absoluta. Por este motivo resulta complicado lograr que estos formatos tengan buena compatibilidad con otras aplicaciones de empresas que ofrecen en mercado sus propios productos, como el caso de OpenOffice o LibreOffice. La única opción que queda es realizar ingeniería inversa para poder manipular los documentos almacenados en formatos de Microsoft, pero la solución está lejos de ser la óptima.
Activación por KMS
Si uno no cuenta con el dinero para adquirir una licencia original, esta opción es la más recomendable para poder activar software de Microsoft sin incurrir en la ilegalidad. Con una simple búsqueda en Google, podremos encontrar en el sitio de Microsoft licencias genéricas de activación por volúmen. Estas licencias nos permitirán validar nuestro software conectandonos a un servidor KMS (Key Management Service).
La ventaja de este procedimiento es que se puede realizar desde la línea de comandos sin descargar programas adicionales, por lo que es una opción totalmente segura. Es importante aclarar que es imprescindible contar con una conexión a internet en el equipo para poder mantener nuestro software activado, ya que cada 180 días se realiza nuevamente una validación de la licencia con el servidor que hayamos configurado.
En resumen
Como hemos visto, a raíz de los elevados precios de los softwares de Microsoft tan necesarios para la productividad, la gente opta por diferentes alternativas para poder hacer uso de ellos sin tener que realizar elevados desembolsos iniciales, aunque cada elección tiene sus propios inconvenientes. Cada uno decidirá cual es la opción más razonable en base al análisis de este artículo.