Redes, no burbujas

Si hace unas semanas El País concedía la portada de su suplemento dominical a Twitter, el pasado domingo uno de sus competidores, El Mundo, daba voz a unas opiniones algo menos positivas acerca de las redes sociales: las de Warren Buffet. Y es que, desde ya hace un tiempo, el debate sobre si los Social Media protagonizarán o no una nueva burbuja está muy presente.

“Warren Buffet cree que las empresas de redes sociales están sobrevaloradas”, el titular del artículo de El Mundo del pasado domingo venía precedido de un no menos demoledor “El sabio de Omaha ve una burbuja 2.0”. Es cierto que leyendo con cuidado sus declaraciones podíamos encontrar matices: “La mayoría están sobrevaloradas”, por ejemplo, si bien no lanza precisamente un mensaje tranquilizador, sí que sirve para reflejar que no todas son iguales. Y es que, siempre según Warren, “algunas serán las grandes ganadoras y taparán al resto”. El problema, claro está, es determinar cuáles serán las ganadoras, ya que “es extremadamente difícil valorar las compañías de redes sociales”. Por eso, antes que hablar de millones de valoración, quizás sea más interesante determinar primero unos “criterios” de valoración. Pero antes de comenzar con ellos, una última consideración sobre las opiniones de Mr. Buffet. Según nos cuenta Mashable (y que conste que esto no desacredita necesariamente sus opiniones) nunca ha confiado en valores tecnológicos, ni siquiera en Apple, “porque el negocio es demasiado impredecible”.

Uno de esos primeros criterios es, sin duda, la popularidad. Hablando en términos generales, ¿sigue creciendo, disminuye, aumenta más lentamente? “Detectada una tendencia a un menor crecimiento de las redes sociales en USA”, leíamos en The Slogan Magazine “Según un informe [de eMarketer] el número de usuarios de Internet en los servicios de redes sociales como Facebook y Twitter está llegando a un punto de saturación… La desaceleración del crecimiento implica que los servicios de redes sociales tendrán que encontrar nuevas formas de retener a sus usuarios y consolidar su participación”.

¿Estamos dando razón a los defensores de la burbuja? No nos precipitemos. Reflexionemos sobre esas “nuevas formas” introduciendo un concepto muy importante: innovación. “Apple, Twitter y Facebook, las empresas más innovadoras de 2011”, leemos en Baquia. En los primeros puestos también vemos nombres como Groupon, Zynga, Foursquare o LinkedIn, pero aún más importante que el ranking es esta frase: “Serán las compañías que dominarán el mundo en 2025, gracias a su actitud no dogmática y anticonvencional”.

Y es que esa innovación y esa actitud, junto con unas nuevas reglas de relacionarse con usuarios e inversores, son las claves de la diferencia entre la vieja burbuja y la supuesta 2.0. Como decía Richard MacManus, en “Are We in a Bubble”, publicado en Read Write Web, “Mi respuesta a esta pregunta nunca ha estado centrada en el dinero o en la valoración de las empresas… prefiero mirar al estado de la innovación de producto en las startups y en las grandes empresas de Internet… ¿Seguimos viendo innovación? En su mayor parte, creo que la respuesta es sí… Lo que más motiva del 2011 es que no solo estamos viendo cómo continúa la popularidad de Facebook, Twitter y compañía; también estamos viendo emerger nuevos productos que ofrecen algo nuevo y diferente”

En un artículo publicado en alt 1040, “Porque no creo que estemos ante una nueva burbuja punto com”, Elías Notario lo explica muy bien: “[En el año 2000] La bolsa tecnológica de EE.UU alcanzó un pico histórico de 5.048 puntos para comenzar posteriormente a desplomarse ya que los inversores se dieron cuenta de sus errores; habían invertido demasiados miles de millones de dólares en demasiadas empresas digitales de nueva creación que no iban a conseguir dar beneficios en plazos razonables ya que el medio —que por aquellos años no tenía la suficiente masa de usuarios para soportar semejante aluvión de oferta— se congestionó, muchas eran absurdas y las acciones de otras habían sido sobrevaluadas con fines especulativos”.

Alexander Hotz, en Mashable ve cuatro diferencias principales entre ayer y hoy. Por ejemplo, los costes de invertir en startups, que ahora son menores, luego el riesgo también lo es. Pero hay una que queremos destacar especialmente: “La dinámica entre los recién llegados y los titanes establecidos… antes se creía que las nuevas compañías tumbarían a las viejas; ahora, las grandes son las supervivientes de la era punto com”.

Esa fortaleza supone una grandísima diferencia. Citamos de nuevo a Elías Notario: “Vemos que se están produciendo inversiones de capital muy importantes, pero la mayoría se concentran en los actores de auténtico peso (como pueden ser Facebook, Zynga, Twitter o Groupon)”. Y no solo hablamos de fortaleza de empresas, sino también de mercado futuro: “La primera gran diferencia entre la red de los años 90 y la de hoy es que la cantidad de usuarios que acceden a ella habitualmente ha aumentando de una forma espectacular, crecimiento que además no tiene visos de parar en los próximos años… además, estos navegan mucho más y utilizan Internet para toda clase de cosas con toda naturalidad. Es decir, que la Internet actual tiene capacidad para absorber gran cantidad de oferta”

Vamos con otra diferencia más. Como responde una de nuestras autoras favoritas, Dolors Reig, cuando le preguntan en Read Write Web España si estamos ante una burbuja, “hemos recuperado algo esencial en el ser humano, la posibilidad de desarrollar nuestra sociabilidad y no vamos a renunciar fácilmente a ello. Fue ese, precisamente la escasa interactividad, uno de los principales problemas de la burbuja de las punto com.”

Precisamente gracias al timeline de Dolors Reig, llegamos a la última fuente que os queremos recomendar hoy, las opiniones de Brad McCarthy en The Next Web, “A technology bubble? History says no”

Sus argumentos ya han aparecido en este post, pero nos gusta cómo compensa ese “miedo” que pueden causar ciertos movimientos aparentemente alocados de inversores con esta reflexión: “Nos hará bien a todos darnos cuenta de que los principales jugadores de hoy son los que supieron superar las dificultades financieras de hace 11 años”.

Eso sí, basta leer los comentarios a este último artículo para ver que el debate está muy abierto. Esperamos vuestras aportaciones.

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