Hay muchas razones por las que deberíamos considerar consumir sólo vegetales ecológicos o biológicos y están relacionadas tanto con el cuidado del medio ambiente como de nuestro cuerpo y nuestra salud.
Las denominaciones ‘ecológico’, ‘biológico’ y ‘orgánico’ se utilizan casi sin distinción para hacer referencia, en el caso de los vegetales, a productos que son el resultado de cultivos llevados a cabo de forma ecológica, es decir cultivos que respetan los ciclos naturales y no dañan los ecosistemas.
Este tipo de cultivo ecológico no daña los suelos y por tanto estos no necesitan después ningún tipo de abono químico para recuperarse, como sucede con el resto de cultivos (no biológicos). En el caso de los cultivos ecológicos los nutrientes se reciclan y vuelven a utilizarse para abonar el mismo suelo.
Para conseguir fruta o verdura de calidad no es necesario añadir sustancias químicas durante el cultivo o la conservación. Al no tener incorporadas sustancias de este tipo (como pesticidas o insecticidas), los vegetales orgánicos, que han sido cultivados de forma ecológica, no resultan perjudiciales para la salud humana.
Además de ayudar a proteger el medio ambiente, estos vegetales orgánicos no modificados genéticamente son también mucho más ricos y sabrosos. Lo mismo sucede con otros productos biológicos o ecológicos comestibles como los huevos, la carne, los vinos o los aceites.
Es muy fácil encontrar una gran variedad de productos de este biológicos en la oferta de comercio justo.