Cómo elegir el mejor colchón

Pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo. Por lo que dormir bien hace que aumente mucho nuestra calidad de vida, nuestro bienestar. Pero, ¿cómo elegir un colchón? La amplia variedad de oferta y precios hace que sea difícil decidirse.

Los colchones pueden ser de muchos tipos, materiales, grados de firmeza, tamaños y por supuesto podemos encontrar mucha diferencia de precios entre los más básicos hasta los más sofisticados.

Con la siguiente guía de compra sobre cómo elegir el colchón adecuado para ti pretendemos dar respuesta a tus preguntas.

Guía de compra: 5 preguntas que debes hacerte antes de elegir colchón

Colchón según tus características físicas

Según tu postura: ¿cómo duermes?

En caso de que duermes en posición supina (boca arriba), sobre la espalda, debes escoger colchones duros. En el caso contrario, si duerme de lado, es más conveniente elegir un colchón de menor firmeza, lo que permite que tu hombro su pueda hundir.

Según tu peso: ¿cuánto pesas?

En el caso de que tu peso sea elevando, necesitarás colchones de alta firmeza, ya que un colchón blando te hundirías demasiado. En el caso de las personas de menor peso se recomiendan colchones de mayor flexibilidad, que se adapten a tu contorno con el objetivo de distribuir mejor el peso.

Según tu forma de dormir: ¿te mueves mucho?

Si te mueves mucho mientras duermes te conviene un colchón algo más duro que te permita girarte sin esfuerzo. En un colchón blando te hundirás demasiado, y te costaría girar, lo que resulta incómodo.

Según tu temperatura: ¿pasas calor?

Si cuando duermes pasas calor, o bien, sudas con facilidad, te recomendamos los colchones de muelles ya que ventilan mejor y suelen ser más frescos. Por contra, si eres más bien friolero o vives en un lugar de bajas temperaturas, los modelos de látex, de espuma o de material viscoelástico retienen mejor la temperatura.

Aspectos clave de un colchón: Firmeza del colchón

Un buen colchón tiene que distribuir el peso de nuestro cuerpo de la manera correcta. El colchón debe ser lo suficientemente firme para sostener bien el cuerpo, pero no tanto que resulte duro e incómodo.

Si el colchón es demasiado blando, el cuerpo tenderá a hundirse. Esto presenta algunos inconvenientes: en primer lugar y más importante la espalda no se sujeta correctamente la columna vertebral puede sufrir. En segundo lugar, en un colchón blando el aire no circula tan libremente, no hay tanta aireación, por lo que la sensación de calor aumenta.

Si el colchón es demasiado duro, no se adaptará a nuestro cuerpo. Esto supone que el aire circule mejor, pero por otra parte, hace que el peso del cuerpo no se distribuya adecuadamente por toda la superficie del colchón.

¿Qué material escoger para el colchón?

En el mercado existen diferentes tipos de materiales usados en la fabricación de los colchones, hablamos de los más comunes y repasamos sus características.

Colchones de muelles

Dentro de la categoría de colchones de muelles podemos encontrar: muelles independientes, embolsados o continuos.

En primer lugar, los colchones de muelles independientes constan de un núcleo formado por múltiples muelles metálicos distribuidos en vertical, que se estrechan en la zona del centro y se enlazan unos a otros por hilos metálicos.

En segundo lugar, los colchones de muelle continuo, tienen un entramado hecho a partir de un único hilo de acero. En ambos casos el núcleo está cubierto por una o varias capas de algodón o espuma.

Ambos tipos de colchones ofrecen una buena ventilación, por lo que pueden resultar algo frescos para climas fríos. Por esto, hay colchones con cara de invierno (más cálida) y cara de verano (más fresca).

El tercer tipo, son los colchones de muelles continuos. Constan de cientos de muelles totalmente independientes, metidos en saquitos de tela individuales y unidos por una sujeción muy fina.

Aunque sus características varían en función del número de capas que recubren el núcleo, en términos generales se adaptan bien a la postura de nuestro cuerpo y ofrecen una buena ventilación.

Es habitual que este tipo de colchones lleven un recubrimiento de diferentes materiales que los hace estar a medio camino entre los colchones de muelles y los de espuma viscoelástica.

Colchones de espuma de poliuretano

Este tipo de colchones están formados por capas de poliéster y poliuretano lleno de miles de pequeñas burbujas de aire, llamadas celdillas, y cubierto por una funda.

En función del número de celdillas, de su tamaño y de los materiales cohesionantes que lleve la espuma, el colchón será más o menos duro. En términos generales, a mayor ligereza, más blandura y peor envejecimiento.

Por ejemplo, las densidades inferiores a 35kg/m3 están dirigidas a niños pequeños. En general, son buenos aislantes del calor y fáciles de manejar.

Colchones con capa de espuma viscoelástica

Los colchones viscoelásticos están recubiertos por varias capas de una espuma especial que se amolda a nuestro cuerpo, lo que permite una distribución adecuada del peso corporal.

Se caracterizan porque la deformación del material se mantiene durante un tiempo cuando se cambia de postura, lo que puede llegar a resultar incómodo. Este tipo de colchones viscoelásticos están dirigidos a personas que, por una razón u otra, deban pasar mucho tiempo en la cama.

Colchones de látex

Los colchones de látex, como su nombre indica, están fabricados de espuma de látex sintético o natural, y materiales complementarios usados en distintas proporciones. Es común encontrar colchones que combinan látex sintético con el natural.

Ofrecen un soporte bastante firme, pero sin perder flexibilidad y se adaptan bien a nuestra postura corporal, esto supone que la presión de manera uniforme se distribuya de forma uniforme. Estos colchones están recomendados a personas con alergias o problemas respiratorios, ya que evitan la presencia de ácaros en el interior. Por contra, no están indicados para personas alérgicas al látex.

Consejos antes de comprar tu colchón

  • Pruébalo: no vale con sentarse, túmbate prueba con diferentes posturas para comprobar que se ajusta a tus necesidades.
  • No basta con sentarse y palparlo, túmbate, prueba distintas posturas… busca el colchón que mejor se adapte a tu gusto, a tus características y a tus necesidades.
  • Túmbate de espaldas y pasa una mano entre la zona lumbar y el colchón: si hay demasiada holgura el colchón puede ser demasiado rígido para tus características. Si la mano no pasa, el colchón es demasiado blando y el cuerpo se hunde en exceso.

Si duermen juntos en una cama doble dos personas con pesos y costumbres muy distintas, se puede optar por dos colchones unidos, cada uno adaptado a las condiciones del usuario. No obstante, un colchón de látex o uno de muelles embolsados mantendrán igualmente la independencia de movimientos.

Cómo cuidar bien el colchón

Las diferentes marcas de colchones ofrecen unas directrices sobre la mejor forma de cuidar y alargar la vida de los colchones. En términos generales se recomienda cambiar el colchón cada 10 años para que las condiciones de nuestro descanso sean las mejores

Consejos de mantenimiento del colchón

  • Ventilación adecuada. Ventilar correctamente el dormitorio es la mejor forma de alargar la vida de nuestro colchón.
  • Girar el colchón periódicamente es la forma de evitar deformaciones.
  • Lavar la funda del colchón siempre que sea posible.
  • Para los alérgicos, los colchones de látex son los más indicados.

Esperamos que ahora que conoces las diferentes tipologías y características de los colchones puedas tomar una decisión más fácilmente.

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