El mindfulness es considerado por la mayoría de sus practicantes, en una filosofía de vida, que incluye entre otras técnicas la meditación. Pero para hablar de ésta práctica, antes explicaremos brevemente qué es la meditación. Porque ni el mindfulness es meditar, ni meditar es lo único que se hace en el mindfulness.
La meditación por tanto es la actividad intelectual que lo que intenta es concentrar la total atención en un sentimiento o en un pensamiento. En la meditación se trabaja en el estado presente dejando la mente exenta de otro tipo de pensamientos, en especial de cualquiera que pueda resultar nocivo. Sí que es cierto, que al igual que el mindfulness, se trabaja con la atención plena, una concentración máxima en lo que se está haciendo y bloqueando la mente.
A parte del mindfulness, existe una meditación con un tono más religioso y otro tipo más orientado a la mejora de la salud, de tanto la mental como la física. Sus principios son similares, puesto que el origen de estas tres corrientes es la meditación.
Sin embargo, el mindfulness tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas que lo practican, y ésta absolutamente desvinculada de cualquier movimiento de origen religioso o de ninguna filosofía vital.
Practicar mindfulness significa que nos servirá para mejorar en algún aspecto nuestra vida, pero eso no implica creer en dioses ni espíritus o de la vida después de la muerte. Por eso cuando hablamos de ésta práctica lo que vamos es a hablar de una forma de meditar basado en principios de la ciencia. Una versión de la meditación, capaz de adaptarse a nuevos descubrimientos científicos y orientados hacia objetivos concretos y nada abstractos. Por eso está diferenciado de la religión. El mindfulness es una modalidad está bien consensuada, es posible investigar sobre ella desde diferentes puntos de vista científicos y sabiendo que las personas que lo practican independientemente de donde sean han seguido unas mismas pautas. Por lo tanto, se puede comprar casos y cruzar datos para hacer investigaciones, cosa que en otros tipos de meditación más generalizada es poco posible, ya que se considera un arte y por esto mismo cada practicante puede hacerlo de forma diferente. El mindfulness trata de crear una herramienta con bases científicas.
Por tanto, ¿Qué es el mindfulness? El objetivo, es tener un estado de gran conciencia durante la sesión y para ello se usan diferentes técnicas para conseguirlo. Lo que se intenta es que nuestra conciencia se relaje, y no elabora pensamientos sobre sensaciones, pensamientos o sentimientos. Se busca conseguir separar la persona de sus pensamientos para poder reconocerlos, dando una gran importancia al presente y trabajando en el “aquí y el ahora”.
Para empezar a practicarlo se recomienda sesiones que no superen los 30 minutos diarios, para ir acostumbrando nuestra mente e ir ejercitando nuestros nuevos estados mentales de meditación. Si inicialmente estamos demasiado tiempo, es posible que nos frustremos ya que aún no sabemos muy bien ni qué hacer ni para qué, y es así como acabaremos cansándonos y por lo tanto, abandonando nuestra rutina. Empezar a hacer mindfulness nos va a llevar tiempo, tiempo que podremos ir aumentando, hasta casi que poder meditar en cualquier lugar y circunstancia.
Si hablamos de lugar, lo ideal es buscar un lugar sin ruidos, con una temperatura adecuada, de entre unos 18 a 25 grados. Por un momento, deberemos de olvidarnos de cualquier aparato tecnológico y de todo tipo de ruidos. Si preferimos incluir música, debemos de tener claro que debe de ser relajante y al poder ser con ciclos repetitivos de forma que no nos reste nada de concentración. Hay usuarios que prefieren hacerlo al aire libre, pero entonces habrá que buscar un sitio libre de ruidos y poco concurrido. Y para realizarlo también se recomienda no llevar nada puesto que nos oprima y sobre todo estar descalzos.
Buscamos la comodidad, ya que aunque no es obligatorio sentarse en la posición de loto, estaremos sentados en el suelo, con la espalda en un ángulo recto para facilitar y concentrarnos en la respiración. Hay que dar importancia a que la línea de la columna esté recta, que los brazos estén relajados pero que no nos desestabilicen para ello se recomienda apoyarlos. Debemos concentrarnos en nuestra respiración, en escucharla, sentirla… sin controlar, debemos reconocerla dejarla fluir, una vez esto lo tengamos ya más o menos controlado, podemos proseguir con un mantra, una palabra o frase corta para repetirla de forma constante. Será importante, buscar en nuestra mente una imagen que nos relaje, un lugar que sea tranquilo, que nos produzca paz, independientemente de que este lugar sea real o ficticio. Una vez que hayamos entrenado la mente en la percepción o en una imagen mental, deberemos ayudarla a que se vacíe, en dejarla en blanco. Aunque esta expresión es muy recurrente, no es para nada fácil. En nuestras primeras veces, es muy sencillo que no seamos capaces de conseguir tener nuestra mente en blanco durante muchos segundos, pero esto es muy normal. Será el tiempo y nuestra constancia en el trabajo lo que nos hará entrar en un estado de meditación profunda que nos permita trabajar como vaciar nuestra mente durante tiempos más prolongados.
Cada vez son más los especialistas que recomiendan practicar mindfulness, para aliviar síntomas de depresión o ansiedad. También está comprobado que hay una gran mejora en la memoria, que la concentración aumenta y una optimización sobre la autoconciencia y la inteligencia emocional.
El Mindfulness, nos va a ayudar a aprender cómo liberarnos del foco atencional ante situaciones que nos bloquean que nos pueden llevar incluso a perder el control. Se trata de no caer en ideas obsesivas, nos va a cuidar a pensar y a sentir de una forma más libre. Hay ideas, vivencias o sensaciones poco agradables que acuden a nuestra cabeza de forma recurrente y lo que con este tipo de práctica vamos a intentar es vivir en el presente, distanciarnos de ese tipo de dañinas experiencias que nos hacen perder el control.
Eso sí, si estamos interesando en iniciarnos, hay centros que nos van a ayudar con diferentes técnicas a conectar con nosotros mismos, reducir el estrés, etc. Hay equipos especializados que nos ayudan a integrar el Mindfulness en nuestra vida personal. Recuerda que también existen centro mindfulness online que te pueden ayudar.