Las páginas amarillas han sido, durante un largo periodo de tiempo, las pioneras en servicio de información de números de contacto para la población y, más concretamente, para las empresas, pero, ¿continúan siéndolo en la actualidad? ¿O han quedado desplazadas por uno o varios posibles competidores?
Anteriormente, las páginas amarillas eran, entre otras cosas, muy significativas para los negocios. Con su versión impresa y su posterior versión online, en ellas aparecían los teléfonos de contacto de los negocios, la dirección y la web. Una serie de datos que un cliente debe conocer sobre un comercio para que este prospere. Si una persona no sabe ni el teléfono ni la dirección de tu empresa, y tampoco puede localizarlos de manera sencilla, resultará difícil que acceda a ella para realizar una compra o demandar un servicio. Es así de simple. De ahí que las páginas amarillas se volviesen una herramienta imprescindible para las empresas o negocios. Cada empresa, dependiendo de la cantidad de dinero que pagase por el anuncio que aparecería en las páginas amarillas, podría agrandarlo, incluyendo imágenes, gráficos o cualquier cosa que ésta deseara para promocionarse adecuadamente y atraer a la clientela. Hablamos, entonces, de unas páginas amarillas con un alto índice de popularidad en el país y, además de eso, rentables. Si tu negocio no estaba incluido en las páginas amarillas, te convertías en invisible al instante. Por ejemplo, si una persona buscaba el contacto o la dirección de una floristería para comprar orquídeas, lo hacía a través de las páginas amarillas. Con lo que, si tu floristería estaba dentro de ellas, tus posibilidades de llegar a otros eran elevadas, mientras que si no tenías tu anuncio en ellas, esa persona no te vería. Ni ese cliente, ni muchos otros en una situación similar. Pero, estos tiempos ya pasaron. Los sistemas se han modernizado, los tiempos cambian. La versión en papel de las páginas amarillas ha quedado obsoleta y, en cuanto a la versión online, es la que salvó a la guía telefónica más célebre en muchos países. Si decides buscar en Google: “pescaderías en Madrid”, comprobarás que la primera opción que aparece es la de continuar la búsqueda de resultados mediante la web páginas amarillas. Le sigue la página: Qdq. Es así en miles de búsquedas, así que, si tu negocio está en páginas amarillas actualmente, seguirás teniendo una importante repercusión. La antes mencionada QDQ, es la empresa de servicios que compite directamente con las páginas amarillas. Las siglas hacen referencia a Qué, Dónde y Quién. Comenzó sus andaduras en España en el año 2001 ofreciendo los primeros mapas interactivos como el “Callejero fotográfico”. En dichos mapas se mostraban las calles y portales de algunas ciudades de España como Madrid, Zaragoza, Sevilla o Santiago de Compostela. Sin embargo, la llega de Google Street View echó a un lado al Callejero fotográfico. ¿Por qué es QDQ la competencia más fuerte que tienen las páginas amarillas? Aunque su asistencia podría ser mejorable, QDQ ofrece servicios online que son muy beneficiosos tanto para los negocios como para las empresas. Servicios tales como el posicionamiento SEO en los principales motores de búsqueda o la publicidad online a través de campañas de Google Ads. Por otra parte, otro rival para los directorios más tradicionales es Google Places, que sirve para ubicar tu empresa en un mapa y, así, poder destacar. También conocido como Google mi Negocio. Es una herramienta gratuita que facilita el posicionamiento en los resultados de las búsquedas de Google. En el año 2015, según las encuestas, el 51% de los usuarios encontraron una empresa o un determinado producto efectuando la búsqueda desde su teléfono móvil. Un porcentaje realmente sonoro en el que se basa a diario Google Places para incrementar su índice de audiencia. Además, Google Places no considera que sea un problema que tu negocio no cuente con representación en Internet. Los negocios físicos también tienen cabida en la aplicación. No requiere conectarse con un sitio web, de tal forma que cualquier empresa podrá utilizarla si, por el motivo que sea, no está dentro del mundo digital. Google Places pondrá a disposición del cliente una ficha donde éste introducirá los datos más pertinentes sobre su negocio y/o empresa. El número de información, los horarios de atención, la dirección, etc. Es una presencia básica en Internet pero servirá para que las personas puedan saber dónde te encuentras y cuáles son los productos o servicios que proporcionas. Podrás, además, anunciar ofertas o lanzamientos y conocer las opiniones que tiene la gente sobre tu negocio, mediante las reseñas.
Con esta información queda demostrado que las páginas amarillas sí que tienen competencia, sobre todo en el ámbito de las empresas o negocios. Aunque siguen siendo líderes en cuanto al posicionamiento de empresas, ya no son las únicas que lo hacen. Cuentan con un prestigio que les viene dado desde sus inicios, en el año 1883, siete años después de que se patentara el teléfono. Este 22 marzo pasado, hemos sabido que las páginas amarillas publicaban su última edición impresa, puesto que la empresa BeeDigital anunció que preferían centrarse en el desarrollo del formato digital. Teniendo en cuenta que Páginas Amarillas Online es el mayor directorio de empresas en ámbito nacional, no es de extrañar que quieran centrar todas sus energías en reforzar su imperio en Internet. Según los cálculos de la empresa, ya tendrían que haber cerrado el servicio de páginas amarillas en formato físico hace tiempo. Su mantenimiento suponía una pérdida de dinero y lastraba el crecimiento de sus proyectos a largo plazo. Finalmente, han modificado su producto, trasladándolo a la era digital en la que vivimos actualmente. Por último, si posees una empresa o negocio que quieres publicitar en las páginas amarillas, las tarifas de banner son:
- Banner 1 mes: 89,95 euros (Sin IVA)
- Banner 3 meses: 249,95 euros (Sin IVA)
- Banner 6 meses: 449,95 euros (Sin IVA)
El banner de la página de inicio es el banner más llamativo del sitio web. Las tres anteriores son las posiciones disponibles, con sus respectivos costes.