El mundo automovilístico es uno de los sectores que cambia a más velocidad y es probable que la época en la que vivimos actualmente sea uno de los momentos más cruciales a la hora de ver el futuro de este campo, como pasó con el motor diésel, el turbo o los frenos de disco.
La creciente preocupación por el cambio climático, la sobreexplotación de los recursos del planeta o la creciente contaminación suponen el empujón definitivo a los vehículos eléctricos, de hecho, ya no nos preguntamos si llegarán a imponerse, si no de qué manera lo harán o cuándo sucederá.
Entendemos por coche eléctrico aquel vehículo que para su impulso utiliza motores alimentados de forma única por energía eléctrica que posteriormente se transforma en energía cinética sea o no recargada a través de la red. El tipo de tecnología más desarrollada y común es la de baterías de iones de litio, aunque hay más tipos. Debemos señalar que los vehículos híbridos también pueden ser considerados como eléctricos, pero en este caso vamos a referirnos únicamente a los coches que utilizan la electricidad como principal fuente de impulso.
Si nos vamos un poco a su origen, debemos de señalar, aunque nos parezca increíble, los primeros coches eléctricos son del siglo XIX, cuando Robert Anderson inventor de origen escocés desarrolló un vehículo totalmente impulsado por electricidad. En el siglo XX intentaron varios fabricantes producir diversos intentos, pero no ha sido hasta esta última década cuando este tipo de movilidad ha adquirido más relevancia.
Hay varios tipos de coches eléctricos, que vamos a describir brevemente:
- Eléctrico de batería: este tipo de vehículo se mueve gracias a la única intervención de uno o varios motores eléctricos alimentado gracias a una batería que puede recargar a través de la red eléctrica. Muchos cuentan con un sistema de recuperación de energía cinética al tener la capacidad de almacenar la energía no utilizada durante la deceleración o en el momento de frenada, es decir cuando sigue rodando, pero sin necesidad de impulso. Estos vehículos no generan ningún tipo de emisión, más que la que genera la electricidad de carga que viene de la red.
- Eléctrico de pila de hidrógeno: En este caso, utiliza una pila de combustible de hidrógeno que no necesita de la energía proporcionada por una batería, ya que obtiene su energía de una reacción química que se da en su interior. El hidrógeno en su oxidación pierde electrones que son captados para producir una corriente eléctrica impulsora del motor. Algunas variantes tienen una batería de almacenamiento energético generado por la pila.
- Eléctrico de batería extendida: En este caso tiene dos tipos de motor: uno eléctrico y otro de combustión de gasolina. El segundo tipo es el encargado de generar electricidad para poder recargar la batería, que al mismo tiempo alimenta el motor eléctrico que sí que es el encargado de mover las ruedas. La batería puede conectarse para ser recargada y si tiene suficiente carga el motor de gasolina no trabaja y por lo tanto no genera emisión. Pero en caso de que la batería necesite recarga, el motor de combustión comienza a trabajar para generar la energía necesaria para que el motor eléctrico pueda funcionar.
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